La modificación de la concepción tradicional del matrimonio y de la familia que se ha realizado progresivamente a partir de una renovada centralidad de la persona, que, en nuestro ordenamiento, pasa por una lectura más atenta de los artículos 2 y 3 Const. Mas en general, se puede decir que si es cierto que el modelo familiar de tipo tradicional continúa siendo considerado, si bien de una manera atenuada, como modelo de referencia, las exigencias de tutela de la persona imponen no asumir posiciones demasiado rigurosas. La familia, en este sentido, se convierte en lugar privilegiado para el disfrute de los intereses de la persona, sin que pueda encontrar acomodo una “moral pública”, a menudo cambiada y dirigida por valores religiosos que presionan hasta el punto de comprimir la esfera privada de la persona y condicionar su desarrollo. Aún no llegando al enfrentamiento de un debate entre órganos “publicísticos” y el papel asignado a la autonomía privada, que parece impregnar todo el derecho de familia, hay que reconocer que las exigencias a las que se ve sometida evidencian una tendencia al realineamiento entre individuo y racionalidad, basado en un proceso que, donde ha sido visto con menor dramatismo incluso por razones de contenido cultural, supera los límites de la diversidad entre sexos.

LA CONVIVENCIA HOMOSEXUAL ENTRE STATUS Y CONTRATO

ZAMBRANO, Virginia
2006-01-01

Abstract

La modificación de la concepción tradicional del matrimonio y de la familia que se ha realizado progresivamente a partir de una renovada centralidad de la persona, que, en nuestro ordenamiento, pasa por una lectura más atenta de los artículos 2 y 3 Const. Mas en general, se puede decir que si es cierto que el modelo familiar de tipo tradicional continúa siendo considerado, si bien de una manera atenuada, como modelo de referencia, las exigencias de tutela de la persona imponen no asumir posiciones demasiado rigurosas. La familia, en este sentido, se convierte en lugar privilegiado para el disfrute de los intereses de la persona, sin que pueda encontrar acomodo una “moral pública”, a menudo cambiada y dirigida por valores religiosos que presionan hasta el punto de comprimir la esfera privada de la persona y condicionar su desarrollo. Aún no llegando al enfrentamiento de un debate entre órganos “publicísticos” y el papel asignado a la autonomía privada, que parece impregnar todo el derecho de familia, hay que reconocer que las exigencias a las que se ve sometida evidencian una tendencia al realineamiento entre individuo y racionalidad, basado en un proceso que, donde ha sido visto con menor dramatismo incluso por razones de contenido cultural, supera los límites de la diversidad entre sexos.
2006
9788460968016
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Utilizza questo identificativo per citare o creare un link a questo documento: https://hdl.handle.net/11386/1552667
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